Saltar al contenido

Polémica y futuro del Trasvase Tajo Segura

En el post anterior hablamos del impacto positivo que ha tenido el trasvase Tajo Segura en el Campo de Cartagena. Gracias a él, la agricultura dio un salto enorme: pasamos de depender de pozos a tener agua suficiente para implantar el riego por goteo, mejorar los rendimientos y convertirnos en uno de los polos hortofrutícolas más importantes de Europa.

Pero no todo es tan bonito. En los últimos años, el trasvase se ha convertido en un tema de debate político, social y medioambiental. Y mientras se discute desde despachos, en el campo muchos agricultores sentimos incertidumbre, preocupación y hasta hartazgo.

En este post voy a contarte qué está pasando realmente, por qué hay tanta polémica, cómo nos afecta y qué futuro tiene este recurso tan clave para nosotros.

¿Por qué el trasvase está en el centro de la polémica?

El trasvase Tajo Segura lleva décadas funcionando, pero recientemente se ha convertido en un foco de enfrentamiento entre comunidades autónomas y en un arma política.

Desde Castilla La Mancha se reclama un mayor caudal ecológico para el Tajo, alegando que el río está sobreexplotado y necesita recuperarse.

Desde Murcia, Alicante y Almería, en cambio, se defiende que sin esa agua, el sureste se seca. No hay una alternativa real a día de hoy para seguir produciendo alimentos. Lo que está en juego no es un lujo, es el trabajo de miles de familias.

mapa del recorrido del trasvase tajo segura
Fuente: Wikipedia

Además, el Gobierno ha modificado las reglas del trasvase: ahora se recortan los volúmenes en función del nivel de los embalses de cabecera (Entrepeñas y Buendía), y se ha establecido un nuevo caudal ecológico obligatorio para el Tajo. Esto ha reducido notablemente el agua que llega al Levante.

Y en medio de este lío, estamos nosotros, los agricultores, intentando planificar campañas sin saber con qué agua contaremos.

Lo que de verdad preocupa al agricultor

Nuestra mayor preocupación no es solo cuánta agua hay hoy, sino la incertidumbre constante:

  • ¿Tendré agua para regar en julio?
  • ¿Puedo mantener el mismo cultivo o tendré que cambiar a otro menos rentable?
  • ¿Vale la pena invertir si no tengo garantizado el riego?

A medida que se reduce el trasvase, se nos empuja a usar más agua desalada. Pero el agua desalada cuesta más del doble que la del trasvase (entre 0,60 y 0,80 €/m³ frente a los 0,30 €/m³ del trasvase) y no todos los cultivos la toleran igual.

Por ejemplo, el pimiento —muy sensible a la salinidad— sufre con este tipo de agua, afectando a su calidad y productividad.

Y esto no solo afecta al agricultor. Si baja la producción, suben los precios en el supermercado, se pierde empleo en el campo y en los almacenes, y la economía local se resiente.

¿Realmente hay alternativa al trasvase?

Se habla mucho de desalación y reutilización como soluciones. Y sí, son herramientas útiles, pero hoy por hoy no bastan para cubrir la demanda agrícola.

El agua desalada no solo es más cara, también implica un consumo energético muy elevado, con una huella de carbono importante. Justo cuando se nos exige ser más sostenibles, nos dan una opción que va en contra de esa lógica.

La reutilización de aguas regeneradas es otro frente interesante, pero su desarrollo es lento, la calidad no siempre es la adecuada y su disponibilidad no es uniforme ni suficiente.

En resumen: quitar el trasvase sin una alternativa real y viable es condenar al sureste a producir menos, o directamente, a dejar de producir.

cartel del trasvase tajo segura
Fuente: eldiario.es

Ejemplos concretos: lo que ya está pasando

  • En algunas comunidades de regantes del Campo de Cartagena ya se han dejado de cultivar hectáreas por falta de agua.
  • El precio del agua ha subido tanto que muchos agricultores no pueden asumir el coste. Algunos han optado por no sembrar esta campaña.
  • Empresas con décadas de historia están al límite. Como decía un agricultor de La Puebla:

“Nos están obligando a producir con incertidumbre, sin saber si mañana tendré agua. Así no se puede vivir del campo.”

El papel de la política

Aquí es donde hay que ponerse críticos. Porque esto no va solo de ecología, va también de política.

Muchas veces el campo es moneda de cambio electoral: se toman decisiones desde Madrid o Toledo sin conocer ni tener en cuenta la realidad de quienes vivimos y trabajamos en el sureste.

Se anuncian soluciones que no llegan: más desaladoras, más inversión, más apoyo… Pero lo que nos llega a pie de finca son más restricciones y más complicaciones.

Y lo peor es que se ha creado un discurso que criminaliza al agricultor, como si fuéramos los culpables del deterioro del río o del cambio climático. Cuando en realidad, somos los primeros interesados en un uso sostenible del agua: sin agua, no hay campo. Y sin campo, no hay comida.

¿Qué futuro tiene el trasvase?

A corto plazo, todo apunta a que los recortes continuarán. El nuevo plan hidrológico del Tajo ya está en marcha y establece un aumento progresivo del caudal ecológico, lo que significa menos agua trasvasada y más dependencia del agua desalada.

A medio y largo plazo, necesitamos un enfoque técnico, no ideológico. Algunas propuestas realistas incluyen:

  • Inversión seria en infraestructuras para hacer más eficiente cada gota.
  • Potenciar el uso combinado de todas las fuentes de agua: trasvase, desalación, reutilización y acuíferos controlados.
  • Garantizar seguridad hídrica para que el agricultor pueda trabajar con planificación y estabilidad.
trasvase tajo segura sin agua
Fuente: OndaCero

Conclusión: sin agua, el sureste se apaga

El trasvase Tajo Segura no es un privilegio, es una necesidad para miles de agricultores, para el empleo rural, para la economía y para el abastecimiento de alimentos en toda España.

La agricultura del Campo de Cartagena ha demostrado ser eficiente, innovadora y responsable. Pero necesita estabilidad y respaldo, no más incertidumbre ni decisiones a espaldas del sector.

No pedimos más agua. Pedimos que se nos permita seguir produciendo como hasta ahora: con esfuerzo, con tecnología y con respeto al medio ambiente.

Porque si al campo le falta agua, nos falta alimento a todos.

¿Qué podemos hacer para defender el trasvase?

Desde asociaciones agrarias hasta cooperativas y comunidades de regantes, cada vez más voces se están uniendo para pedir soluciones justas y basadas en criterios técnicos.

En los próximos artículos hablaré de las propuestas que se están planteando, de cómo otras zonas están gestionando el agua y de qué alternativas reales podrían asegurar el futuro del campo.

Si este tema te ha hecho reflexionar tanto como a mí, quédate por aquí.


Y si tú también eres agricultor o estás viviendo esta situación de cerca, cuéntamelo en los comentarios o por redes. Este debate nos afecta a todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *