A lo largo del siglo XX, la agricultura en el Campo de Cartagena cambió por completo. Se pasó de una forma de trabajar la tierra muy manual y ligada a los recursos que había a mano, a una agricultura moderna, con tecnología y orientada al mercado global. En todo ese proceso, hubo un protagonista indiscutible: el agua. Su escasez marcó qué se podía cultivar, cómo se trabajaba el campo y, en muchos casos, el rumbo de muchas familias agricultoras.
Sistemas de riego
El Campo de Cartagena siempre ha sido una tierra fértil, pero condicionada por la escasez de agua. Por eso, la búsqueda y gestión del agua ha sido siempre una prioridad para los agricultores.
Pozos artesanales y boquera en el siglo XX
En aquellos años, conseguir agua no era fácil. La mayoría recurría a pozos artesanales, excavados a mano o con ayuda de herramientas sencillas.
Estos pozos extraían agua subterránea, que en sus primeras décadas era de una calidad aceptable. Sin embargo, a medida que aumentó la explotación de los acuíferos, esa agua empezó a salinizarse, es decir, a acumular sales minerales que perjudicaban a los cultivos más sensibles.
El sistema de riego usado con esta agua era el riego a boquera, que consistía en abrir manualmente compuertas para que el agua fluyera por gravedad desde balsas hasta los bancales. Muchos agricultores tenían que levantarse de madrugada para abrir la boquera y aprovechar el turno de riego.
Características:
- Alto consumo de agua.
- Poco eficiente (mucha evaporación y escorrentía).
- Requiere pendiente natural del terreno.
- Mano de obra constante.
Hacia los años 70, la calidad del agua extraída de los pozos había empeorado notablemente. Con tantos pozos abiertos y el uso excesivo de los acuíferos, el agua, como era de esperar, empezó a salinizarse poco a poco, afectando el rendimiento de los cultivos y obligando a muchos agricultores a abandonar o reducir sus plantaciones.
Riego por goteo y trasvase Tajo-Segura
A finales de los años 70 y principios de los 80, se activó el trasvase Tajo-Segura, una de las infraestructuras hídricas más importantes de España. Este proyecto permitió transportar agua desde la cuenca del Tajo hasta el Segura, incluyendo el Campo de Cartagena.
Esta agua, de buena calidad, permitió la instalación masiva del riego por goteo, una técnica mucho más eficiente que la boquera. Paralelamente, se construyeron pantanos y embalses de regulación, como el Pantano de la Rambla de Algeciras o balsas comunitarias, que almacenaban el agua del trasvase para su distribución en las fincas.

Ventajas del riego por goteo:
- Ahorro de agua (hasta un 60% respecto al riego por boquera).
- Fertiirrigación: el abono se aplica directamente en el agua.
- Mejora el rendimiento de los cultivos.
- Automatización del riego.
Sistema de riego | Fuente de agua | Calidad del agua | Periodo principal |
Boquera con pozos | Pozos artesanales | Media–baja (salinizada con el tiempo) | 1900–1975 |
Goteo con trasvase | Trasvase + pantanos + balsas | Alta | Desde 1980 |
Tipos de cultivos en el siglo XX
El acceso al agua siempre fue lo que marcó qué se podía plantar y dónde. En las primeras décadas del siglo XX, mandaban los cultivos de secano, más duros y acostumbrados a sobrevivir con muy poca lluvia. Pero con el paso de los años, y sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo, el riego empezó a ganar terreno. Primero con los pozos, y más tarde con el riego por goteo y el trasvase, el campo se llenó de cultivos que antes eran impensables en esta tierra.
Cultivos de secano tradicionales (1900–1970)
- Trigo y cebada: base alimentaria de la zona y producción de paja.
- Almendros: muy resistentes a la sequía, ideales para las lindes.
- Viñas y olivos: producción para autoconsumo o venta en cooperativas.
Ejemplo típico:
Un agricultor podía tener una finca de 10 tahúllas con cereal de invierno, almendros en las lindes y una zona de olivos en los bordes.
Cultivos de regadío con pozos (boquera)
- Melón tradicional: plantado a manta, muy común en verano.
- Pimiento de bola: secado al sol y molido para pimentón.
- Algodón: exigía mucha agua, cosechado a mano.
- Habas y alcachofa violeta: sembradas en otoño con riego manual.

Cultivos de regadío moderno (trasvase + goteo)
Con el agua del trasvase y el goteo, se expandieron cultivos mucho más rentables, aunque más exigentes:
- Lechuga iceberg y romana: principal cultivo de exportación.
- Brócoli, coliflor, espinaca: demanda creciente en Europa.
- Frutales modernos y cítricos: gracias al riego controlado.
- Melón tipo «piel de sapo»: más productivo y exportable.
Sistema de riego | Cultivos | Riego necesario | Sistema asociado | Periodo principal |
Secano tradicional | Trigo, cebada, almendro, olivo | Muy bajo | Secano natural | 1900–1970 |
Regadío tradicional | Pimiento de bola, algodón, habas | Medio-alto | Pozos + boquera | 1940–1975 |
Regadío moderno | Lechuga, brócoli, melón de exportación | Alto | Trasvase + goteo | Desde 1980 |
Herramientas y maquinaria
Durante buena parte del siglo XX, la faena del campo se realizaba con herramientas manuales:
- Azada, pala, rastrillo: indispensables para cualquier tarea.
- Arado romano: tirado por mulos o burros, se usaba para abrir surcos.
- Sulfuradora manual: para tratar plagas en cultivos como la vid o el tomate.

A partir de los años 60, comenzó la mecanización con:
- Tractores pequeños: como los Massey Ferguson o Ebro.
- Sembradoras y abonadoras arrastradas.
- Sulfatadoras de mochila o montadas en tractor.
- Motocultores para pequeñas explotaciones.
La llegada de maquinaria supuso una mejora en los tiempos de trabajo, pero también exigió inversión, mantenimiento y formación.
La vida agrícola en el siglo XX
En el Campo de Cartagena, la agricultura no era solo una forma de ganarse la vida, sino un modo de vida en sí mismo. Las explotaciones solían ser familiares, y todos colaboraban: desde el abuelo que enseñaba a podar hasta los niños que ayudaban en la recogida de almendras.
La vida rural giraba en torno a las campañas agrícolas, las ferias, los turnos de riego y los mercados semanales. Hoy, aunque la agricultura se ha profesionalizado, persiste esa memoria viva en muchas personas que vivieron esa transformación en primera persona.
El calendario agrícola marcaba las estaciones:
- Invierno: siembra de cereales y mantenimiento.
- Primavera: cuidado de cultivos, escarda y primeros riegos.
- Verano: recolección de melón, tomate y fruta.
- Otoño: cosecha de almendra, vendimia y preparación del suelo.
Los agricultores compartían turnos de riego, herramientas y consejos. En muchos casos, había un profundo respeto por la tierra y por las prácticas heredadas de los mayores.

Conclusión
La historia agrícola del Campo de Cartagena en el siglo XX es la historia de una adaptación constante. De una agricultura de secano, dura y manual, se pasó a un modelo intensivo, tecnificado y competitivo. Sin embargo, muchas de las bases humanas y culturales de aquel campo tradicional siguen vivas en la memoria de sus gentes.
En los próximos artículos exploraremos cómo ha sido la entrada del siglo XXI:
- ¿Qué retos trae el cambio climático a una zona agrícola como esta?
- ¿Cómo impactan la digitalización y el uso de drones y sensores en las explotaciones actuales?
- ¿Qué papel juegan las cooperativas y los mercados internacionales?
- Y sobre todo: ¿qué queda de aquel campo tradicional y qué futuro le espera?
Si te ha interesado este recorrido por la historia agrícola del Campo de Cartagena, te invito a seguir leyendo el blog y a compartirlo con quienes valoran nuestra tierra, su cultura y su legado.