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Agricultura en el Campo de Cartagena: Inicios

Hablar del Campo de Cartagena es hablar de historia, de trabajo duro, de generaciones que han vivido con las manos en la tierra. Si hoy en día esta zona es una de las más importantes a nivel agrícola en España, es porque sus raíces llevan siglos creciendo bajo el mismo sol.

En este primer post del blog quiero llevarte al origen de todo: ¿Cómo y cuándo empezó la agricultura en el Campo de Cartagena? ¿Qué factores naturales y humanos la hicieron posible? ¿Futuro?.

El inicio de la agricultura en el Campo de Cartagena

La historia agrícola del Campo de Cartagena no es reciente, aunque no sabemos una fecha exacta, los primeros indicios de actividad agrícola en esta región se remontan a la Edad del Bronce, cuando las primeras comunidades sedentarias empezaron a cultivar para subsistir. No eran grandes plantaciones ni técnicas complejas, pero marcaron el inicio de una relación íntima entre el ser humano y el entorno natural. El paisaje era muy distinto, más agreste, pero ya entonces se intuía el potencial del suelo cartagenero.

Con la llegada de los fenicios, allá por el primer milenio antes de Cristo, comenzaron los primeros intercambios culturales y comerciales que enriquecieron el conocimiento agrícola. Trajeron consigo nuevas formas de cultivo y semillas desconocidas para los pobladores locales.

Con la llegada de los romanos la agricultura empezó a cobrar verdadero impulso en la zona. Construyeron villas, organizaron las tierras y trajeron consigo conocimientos avanzados de ingeniería hidráulica y agronomía. Se cultivaban cereales, vid y olivo, productos básicos para su economía y para la exportación.

Tras la caída del Imperio Romano, el campo cartagenero no se detuvo. La llegada de los árabes en el siglo VIII supuso una auténtica revolución agrícola. Ellos introdujeron el uso sistemático de acequias, norias, aljibes, y técnicas de regadío mucho más eficientes que permitieron aprovechar cada rincón de tierra cultivable. Además, trajeron cultivos nuevos como el arroz, el algodón, los cítricos o la caña de azúcar, y enriquecieron el conocimiento sobre la rotación de cultivos, el abonado y la conservación del agua.

campo de Cartagena antiguamente
Campo de Cartagena en 1902. Fuente: Cartagena Antigua

Incluso en los siglos posteriores, con la Reconquista y la formación del Reino de Murcia, el Campo de Cartagena siguió evolucionando. Se fundaron nuevos núcleos rurales, se repartieron tierras, y surgieron pequeñas explotaciones familiares que se convirtieron en el corazón del paisaje agrícola que todavía hoy se reconoce.

Esta historia no está escrita solo en los libros, está en los caminos, en los márgenes de las fincas, en las herramientas que aún se conservan, y sobre todo, en las voces de quienes vivieron o heredaron todo ese saber.

¿Qué hizo posible el éxito de la agricultura en el Campo de Cartagena?

Uno de los grandes secretos del éxito agrícola en esta zona es el entorno natural, hay tres aspectos que son fundamentales para entender esto: la tierra, el clima y el agua.

El suelo del Campo de Cartagena es muy agradecido. Es una tierra fértil, especialmente en zonas como las vegas y las áreas más cercanas al mar. Aquí, plantar casi siempre ha significado recoger. Y eso, en el mundo agrícola, es un regalo.

A eso hay que sumarle el clima mediterráneo. Con inviernos suaves, veranos largos y mucho sol durante todo el año, se ha podido cultivar casi sin parar. Esto ha permitido una gran variedad de productos y varias cosechas al año, algo que no ocurre en todas partes.

Otro factor clave fue el agua. Aunque hoy pueda parecer escasa, en el pasado existían manantiales, ramblas y sistemas tradicionales de riego que permitían aprovechar al máximo cada gota. La construcción de acequias, norias y aljibes fue fundamental, y aún hoy seguimos sacando el máximo partido al agua gracias al riego por goteo y otras técnicas modernas.

paisaje aéreo del campo de Cartagena

Pero aquí viene el problema: cada vez hay menos agua y más restricciones. El campo sigue siendo fuerte, pero también está en lucha.

Actualmente, los agricultores vivimos con incertidumbre porque no sabemos si tendremos el agua suficiente para sacar adelante los cultivos. Es uno de los grandes retos que tenemos hoy, y una parte importante de la historia que queremos contar en este blog y que profundizaremos en los próximos posts.

El valor humano del campo

Pero el campo no se trabaja solo. La agricultura en Cartagena creció gracias al esfuerzo colectivo de comunidades que se organizaron para cuidar la tierra. Los saberes pasaban de padres a hijos: cómo sembrar, cuándo regar, cómo podar, qué herramientas usar…

Las herramientas eran sencillas, muchas veces fabricadas a mano. Pero lo más importante era la sabiduría acumulada durante generaciones. No había manuales ni tutoriales: había conversación, observación y mucho aprendizaje en el día a día.

herramientas que se utilizaban antiguamente en la agricultura del campo de Cartagena

Además, las comunidades compartían el trabajo, el agua, e incluso la cosecha. Se organizaban en torno a lo común, y eso hacía que el campo no fuera solo trabajo: era vida.

Conclusión

Todo esto explica por qué el Campo de Cartagena es hoy lo que es. Su agricultura no nació de la nada: es el resultado de siglos de esfuerzo, de adaptación y de conexión con la tierra. Cada surco, cada gota de agua, cada fruto que se recoge, tiene detrás una historia que vale la pena contar.

Este blog nace con ese espíritu. Para contar lo que muchas veces no se ve, pero que está ahí: el trabajo real del campo. Porque la agricultura no es solo economía, es cultura, es identidad y es futuro.

Y tú que estás leyendo esto, formas parte de ese futuro. Gracias por estar aquí.

3 comentarios en «Agricultura en el Campo de Cartagena: Inicios»

  1. Hola Ana, me parece fenomenal, y muy necesario, que personas jóvenes prestéis atención a la maltratada agricultura en particular, y al sector primario en general. Seguiré tu blog y, no descarto, hacerte alguna sugerencia sobre algunos temas, o asuntos sobre los que he escrito algo. He leído que tu referencia y faro de agricultura activa se encuentra en tu padre. Y eso es un gran acierto a mi parecer.
    Ánimo y enhorabuena Ana!!

    1. ¡Muchísimas gracias por tus palabras! Me alegra mucho que te haya gustado el enfoque del blog, estaré encantada de recibir cualquier sugerencia o idea que quieras compartir para seguir dándole voz al campo y al agricultor.

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